miércoles, 30 de diciembre de 2009

macho y hembra

Feromonoas y perfumes: ¿El origen natural del sex-appeal?
Las feromonas son sustancias emparentadas a las hormonas, secretadas por glándulas particulares y –al contrario de las hormonas propiamente dichas- liberadas en el medio externo. En consecuencia, ellas no tienen efecto sobre el animal emisor, sino que influencian a otros individuos de la misma especie. En general se trata de sustancias que no ejercen ningún efecto fisiológico inmediato, sino que contribuyen simplemente a la comunicación social. Es decir, que juegan el papel de “desencadenantes químicos”, entendiendo por “desencadenante” a
todos aquellos producidos morfológicos cuya función sea suscitar una respuesta en otro animal.
Se puede calificar como tales a las sustancias llamadas “atractivos sexuales” presentes sobre todo en los insectos –algunos de los cuales pueden olerse entre ellos a una distancia de varios kilómetros-, las sustancias olorosas que marcan el territorio (orinas, materias fecales, sustancias glandulares) y las sustancias de alarma segregadas sobre todo por algunos peces que viven en bancos y por las hormigas cosechadoras. Además, las feromonas permiten el reconocimiento de los miembros de un grupo, el reconocimiento individual y, a veces, ofician de “mojón” –huella olorosa-que guía al animal hasta una fuente de alimentación.
En el ser humano, tanto los olores naturales –algunos de los cuales podrían considerarse feromonas- como los artificiales contribuyen a aumentar el estímulo sexual tanto en el hombre como la mujer. Asimismo, el disfrute de un placer sensorial extragenital, por ejemplo, vinculado al sentido del gusto, al hacerse consciente y corticalizarse (es decir, al involucrar a las capas superiores del cerebro o corteza cerebral), puede asociarse al erotismo oral y al placer sexual. Esto se debe a que la corticalización es una condición sine que non para que la asociación de conductas y sensaciones sea posible.
Diversos estudios científicos, recientemente, han jerarquizado la importancia de la estimulación olfativa y la función de las feromonas en la sexualidad humana. Las feromonas humanas, que se producirían por metabolización de hormonas las cuales, serían capaces de desencadenar respuestas neuroendócrinas y comportamentales con orientación sexual.
Según el sexólogo Gastón Boero, “El vivir en las ciudades hace que se pierdan esos olores tan particulares (los humanos), y sean sustituidos por elementos construidos, como por ejemplo el perfume: un olor agradable que atrae. Esto es válido no sólo para las mujeres sino también para los varones. Basta observar la publicidad del desodorante Lynx en la que aparece un muchacho semidesnudo atendiendo un teléfono, y las mujeres caen a sus pies. ¿Por qué? Por el olor. Eso son feromonas”.
¿Qué es una hembra y qué es un macho?
La pregunta parece tonta pero no lo es. Por ejemplo, en los animales, no todos los machos tienen un pene. Pero sí hay una característica diagnóstica: un macho es un bicho que tiene muchísimas células sexuales muy pequeñas, mientras que una hembra es aquella que tiene relativamente menos gametos, pero de mucho mayor tamaño. Obviamente, son los espermatozoides y los óvulos. El diferente tamaños de los dos tipos de gametos generará consecuencias importantes. La hembra cuidará celosamente sus gametos, un recurso limitado y costoso. Los asegurará, en tanto tiene mucho que perder. El macho, en cambio, arriesga menos. Millones de espermatozoides le cuestan muy poco.
Salteando muchos pasos, que representan millones de años en la evolución, estas características llevan a explicar varias de las diferencias que se observan entre los sexos en los animales superiores. Los machos son activos buscadores de hembras, se arriesgan, llegan a pelear y competir pues el número de descendientes dependerá del número de fecundaciones que realice. Las hembras no aumentarán su descendencia con múltiples cópulas; tenderán a la selectividad y a dilatar la elección, mostrándose menos activas. No debe olvidarse que la evolución –selección natural mediante- favorecerá siempre a quien deje mayor número de descendientes. Los machos lo lograrán por lo general con mayor número de cópulas; las hembras seleccionando bien a su pareja.
Fieles y pícaros
La especie humana es esencialmente monógama. Pero nuestro linaje evolutivo probablemente comenzó con un antropoide polígamo, con machos que competían muy fuertemente por acceder al mayor número posible de hembras. Al instalarse la monogamia, las diferencias morfológicas entre los sexos disminuyeron, las competencias entre los machos se amortiguaron y se constituyó el vínculo de pareja estable, y de allí la familia.
La monogamia también está presente en otros animales, como en la mayoría de las aves. Pero tanto en ellas como en
nosotros siempre hay un pequeño porcentaje de individuos que entran esporádicamente en una estrategia polígama. Esos machos ganan con un aumento posible de su descendencia por cópulas extramaritales, aunque corren el severo riesgo de ser abandonados por su pareja. En numerosas culturas, la poligamia es aceptada socialmente , pero sólo unos pocos logran practicarla, ya que sus costos son enormes.

4 comentarios:

  1. Un espacio muy bello el tuyo, me gusta pasaré mas a menudo de momento te enlazo para seguirte mas de cerca. Feliz entrada y salida de año, espero que todos tus deseos se cumplan. Un beso grande

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  2. macho o hembra? pues ambos dos juntos y revueltos no crees que es la convinacion perfecta?
    besitos y feliz año nuevo

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  3. hombres y mujeres son indispensables unos de otros siempre

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  4. Bello texto, un placer leerte.
    hoy dia de reyes mis mejores deseos para ti.

    Que tengas una feliz semana
    un abrazo
    RMC

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